
El empresariado valenciano y el Gobierno autonómico mueven ficha para sumarse claramente a otros territorios como Extremadura y Cataluña que reclaman la continuidad de sus centrales nucleares para garantizar el suministro y su competitividad en costes energéticos. La Cámara de Valencia ha presentado un informe sobre el impacto que tendría el fin de la actividad de la nuclear de Cofrentes (Valencia) para el tejido económico de la región.
El informe cifra en 12.254 empresas del sector industrial de la Comunidad Valenciana como las que se verían seriamente afectadas por el final de la producción de la planta que Iberdrola explota en el interior de la provincia de Valencia y cuya fecha de caducidad según la planificación estatal está fijada para 2030. Esas son las compañías del sector industrial más intensivas en consumo eléctrico, al suponer cerca del 78% toda la electricidad consumida por la industria manufacturera regional.
El estudio de la Cámara de Valencia cuantifica el empleo de esas empresas en 184,328 trabajadores, un 8,5% del empleo total de la región, que estarían afectados por la incertidumbre generada con el cierre de Cofrentes. La nuclear es el mayor motor eléctrico de la Comunidad Valenciana, ya que aporta más del 40% de la producción en una región que importa cada año más de un tercio de lo que consume.
"No queremos poner en riesgo el modelo industrial valenciano", aseveró el presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata, que considera que el actual calendario para la desconexión de la energía "pone en riesgo tanto la industria actual como la que queremos atraer".
Sobrecostes y seguridad en el suministro
El estudio recoge las cifras de un informe reciente de PwC, que cifra el posible efecto en los costes de la electricidad en un 35% para la industria y un 23% en hogares y pymes si se lleva a cabo el apagón nuclear en toda España. Según la Cámara, entre los sectores más afectados se incluyen el químico, la metalurgia, el plástico, la industria alimentaria y la cerámica, vidrio y cemento.
Para la Cámara, el ritmo actual de implantación de alternativas como las renovables no evitará la dificultad para suplir con garantías a Cofrentes. "Estamos de acuerdo en que se cumpla el Pacto Verde y para ello la energía nuclear tiene que ser un elemento fundamental", destacó Morata, que recordó que ahora la alternativa es generar electricidad con gas y aumentar la producción de emisiones contaminantes, y puso como ejemplo lo que está ocurriendo en Alemania que incluso recuperó el carbón y se está replanteando el cierre nuclear.
La central para este jueves por los bajos precios
La Cámara prevé movilizarse y reunirse con los agentes políticos y sociales para reclamara una moratoria que permita la continuidad de la central, algo que considera que debe decidirse en un plazo corto de tiempo ya que la operativa exige una planificación a largo plazo y en 2030 será muy tarde para revertirlo.
Además, el presidente de la Cámara de Valencia señaló que en esa demanda se incluirá reclamar una revisión del tratamiento fiscal de la nuclear, para que no ocurran situaciones como la de Almaraz que ha decidido parar su producción este miércoles su producción por falta de rentabilidad.
Precisamente esta tarde Foro Nuclear ha anunciado que la nuclear de Cofrentes también parará este jueves "porque su oferta no ha resultado casada en el mercado mayorista debido al escenario de precios bajos sostenidos como consecuencia del descenso de la demanda, la alta penetración renovable de los próximos días y la desproporcionada carga tributaria que lastra sus costes".
"El informe no fija un plazo de moratoria, aunque entendemos que debe ser el suficiente para alcanzar los objetivos de 2040 o 2050. Los plazos son algo que deben acordar el Gobierno y las eléctricas", señaló Morata.
Por su parte Héctor Dominguis, presidente del grupo de servicios energéticos GDES y vocal de la Cámara, recordó que en EEUU se ha prorrogado la vida de dos nucleares del mismo modelo y tecnología que Cofrentes por 60 y 80 años.