
Cataluña pagará un sobrecoste en su factura eléctrica de, al menos, 5.400 millones de euros en 10 años -a 540 millones por ejercicio- si se mantiene el cierre de las centrales nucleares conforme al calendario actual, siendo la comunidad más afectada del país. Actualmente, cubren más de la mitad de la demanda energética del territorio.
Así lo desvela el estudio sobre el impacto del cierre nuclear que PwC ha presentado este viernes en Barcelona. Cataluña cuenta con tres de los siete reactores nucleares que actualmente están en operación en España, con una potencia instalada conjunta de tres gigavatios (GW). En concreto, son los de Ascó I, Ascó II y Vandellós II, ubicados en la provincia de Tarragona.
El socio responsable del sector de Energía y Utilities de PwC España, Óscar Barrero, ha asegurado en rueda de prensa en el Colegio de Periodistas de Cataluña que no es posible sustituir la potencia nuclear por renovables en poco espacio de tiempo. Países como Alemania ha vuelto a la quema de carbón tras el apagón nuclear.
El informe pone de relieve que los objetivos establecidos en la Prospectiva Energética de Catalunya 2050-PROENCAT 2050 requieren de la instalación de 1.500 megavatios (MW) renovables al año hasta 2030, mientras que en la última década esta cifra se ha situado en 24 MW anuales como consecuencia de la 'moratoria' que ha impactado al sector. "No será posible sustituir la pérdida nuclear con renovables, lo que conllevará impactos negativos para el territorio", subrayan desde la consultora.
Casi 900 millones de aportación al PIB
En el documento, PwC afirma que si se mantienen las nucleares operativas hasta asegurar que se completa la transición energética, por ejemplo 10 años, se reducirá la dependencia energética de Cataluña, se dispondrá de potencia firme que contribuya a la regulación de tensión, se reducirá el precio de la electricidad en el mercado mayorista y se evitará el aumento de la operación de los ciclos combinados (las centrales que queman gas). Otro punto que destaca es que se evitará la pérdida de casi 900 millones de euros de aportación directa al PIB de la comunidad que aportan las sinergias generadas por el sector con otras industrias.
La Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (Anav) es la agrupación participada por Endesa e Iberdrola que gestiona las centrales nucleares. De este modo, la titularidad de las instalaciones pertenece a las dos eléctricas. Endesa es la propietaria de Ascó I al 100%, mientras que Ascó II se la reparten con un 85% y 15%, respectivamente. Por su parte, Vandellós II es propiedad de Endesa al 72% y de Iberdrola al 28%.
Piden modificar el calendario de cierre
Los dueños de las centrales, que además de Endesa e Iberdrola también son Naturgy y EDP, firmaron su compromiso con el Gobierno para el cierre en marzo de 2019. Sin embargo, el sector viene ahora presionando para alargar la vida útil de los reactores. De no producirse ningún cambio, las centrales nucleares catalanas dejarán de operar entre los años 2030 y 2035.
En el evento también ha participado en una mesa posterior de debate el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, quien se ha quedado fuera de la primera gran cumbre energética de Sara Aagesen como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica; el director Desarrollo Sostenible en Foment del Treball Nacional, Salvador Sedó, y el presidente de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares y Almacenamiento de Residuos Nucleares (AMAC), Juan Pedro Sánchez.
PwC calcula que el coste total previsto de las centrales nucleares para el periodo 2025-2035 es de 66,9 euros megavatio hora (MWh), de los cuales 27,4 euros/MWh corresponden a tasas e impuestos. Este valor contrasta, según la consultora, con una expectativa de precio de mercado de 55,9 euros/MWh.