
La inflación de EEUU volvió a relajarse en abril y, de nuevo, más de lo esperado. El índice de precios al consumo (IPC) desaceleró una décima hasta el 2,3% interanual tras su vistosa caída de tres décimas en marzo. En la misma línea, la muy observada esta vez lectura intermensual arroja un repunte del 0,2% cuando se temía un calentamiento de la métrica hasta el 0,3%. Por su parte, el IPC subyacente, que excluye elementos volátiles como la energía y los alimentos y en los últimos tiempos se ha mostrado más 'pegajoso', se mantuvo en abril en el 2,8% interanual, si bien su lectura intermensual, sobre la que también pendía el temor a un 0,3%, fue igualmente del 0,2%. Este conjunto de datos, si bien difícilmente crean el hueco que necesita la Reserva Federal para poder bajar los tipos de interés, certifican que la desinflación, aunque lenta, siguió su curso pese al convulso abril de los aranceles.
Este informe IPC de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo de EEUU era ampliamente esperado en la medida en la que ofrecía el primer test serio sobre el efecto de los aranceles de Donald Trump en los precios al consumo. El pasado 2 de abril, el presidente de EEUU, en lo que él y los suyos denominaron el Día de la Liberación, decretó agresivos aranceles contra sus principales socios comerciales. Aunque a la semana pausó la mayoría de estas tarifas, dejó vigente una tasa del 10% universal y multiplicó los de China hasta llegar al 145%. Pese a que hay cierto decalaje en el proceso del comercio internacional, había expectativa por ver si este mayor gravamen a las importaciones, especialmente desde China, se había repercutido ya a los consumidores: los titulares ya hablaban de cancelaciones masivas de envíos desde China. Mientras la mayoría de analistas consideraba que aún era demasiado pronto para ver un efecto real, otros sí contemplaban unos primeros indicios. La tregua comercial de 90 días pactada entre EEUU y China ya se ha producido en mayo, con lo que habrá que esperar su impacto en posteriores lecturas.
Una primera comprobación puede hacerse con el IPC de bienes duraderos, teniendo a los mismos como una categoría destacada en las exportaciones de China hacia el resto del mundo y también hacia EEUU. En abril, los precios de los bienes duraderos repuntaron un 0,1% mensual (venían de un -0,1% en marzo y de un 0,2% en febrero) hasta un 0,1% interanual. En esta partida en concreto no se localiza un efecto de los aranceles a primera vista.
Buscando más pistas dentro del mismo bloque, la ropa retrocedió un 0,2% mensual (venía de un 0,6% y un 0,4%) mientras que los vehículos usados cayeron un 0,5% y los vehículos nuevos se quedaron en un 0%. En el caso de los coches nuevos, categoría especialmente ligada a las importaciones por parte de EEUU, se apunta al hecho de que varios fabricantes ofrecieron unidades a precios más bajos a sus empleados para contrarrestar la preocupación por la debilidad de la demanda. En sentido contrario, los precios de los muebles y electrodomésticos -bienes mayoritariamente importados- se dispararon (un 1,5% los muebles, con mención a especial al 2,4% de los de fuera del dormitorio, y un 0,8% los electrodomésticos).
Ampliando la mira, el informe del IPC refleja una caída en los precios de las tarifas aéreas y los hoteles, lo que sugiere una menor demanda de servicios discrecionales. Los precios de los alimentos bajaron por primera vez (-0,1%) en casi un año, incluyendo la mayor caída desde 1984 en el precio de los huevos (-12,7%), que poco a poco intentan volver a la normalidad tras el estallido en los precios por la gripe aviar. La vivienda, gran culpable de la elevada inflación en los últimos tiempos, se mantuvo en un 0,3% intermensual y alcanzó un todavía muy alto 4% interanual. Aunque los analistas llevan meses esperando a que esta métrica se relaje, lo cierto es que aún no lo ha hecho.
Si bien se esperaba que los aranceles de la Administración Trump impulsaran desde ya la inflación, los datos generales aún no reflejan esto. En Bloomberg Economics apuntan a la posibilidad de que las empresas aún estén reduciendo su enorme inventario acumulado antes de recurrir a subir los precios. La prórroga de 90 días -una medida que reduce el arancel guía contra China al 30%- sugiere que podrían producirse subidas de precios más moderadas, prosiguen estos analistas. Sin embargo, avisan, si el período de recuperación para reabastecer la oferta genera congestión en los puertos, esto podría acelerar el aumento de los precios del IPC.
Commerzbank: "Los aranceles no han tenido (aún) un impacto significativo"
"Los aranceles no han tenido (aún) un impacto significativo", constata Bernd Weidensteiner, analista de Commerzbank, en una nota para clientes. "Hasta el momento, solo se ha observado una mayor presión sobre los precios en unos pocos sectores. Las empresas parecen estar trasladando solo una parte del aumento de los costes a los clientes. Es posible que también hayan acumulado reservas a tiempo antes de la entrada en vigor de las distintas rondas de aranceles.
Eso no quita que el golpe llegue más adelante, pese a la postura menos agresiva mostrada por la Casa Blanca y la tregua con China. "En los próximos meses, los aumentos de precios relacionados con los aranceles deberían tener un mayor impacto, especialmente en los bienes", señala Weidensteiner fijándose en los referidos aumentos en los muebles, electrodomésticos y juguetes (+0,3%). "La pregunta es si Donald Trump ha dado marcha atrás con los aranceles sobre los productos chinos a tiempo para evitar subidas bruscas de precios", ahonda.
Sin embargo, matiza el economista alemán, la inflación se había calmado notablemente antes del conflicto comercial, lo que contribuirá a un escenario más benigno: "El hecho de que la inflación subyacente se haya moderado significativamente antes del shock arancelario reduce el riesgo de que los aumentos de precios se salgan de control".
En ING tienen confianza en que la propia ponderación del IPC y el relajamiento que otros indicadores independientes vaticinan en la vivienda ayuden a seguir suavizando la inflación: "Es importante recordar que la cesta de la inflación estadounidense está dominada por los servicios. Los bienes, excluidos los relacionados con los alimentos y la energía, que es lo que más se va a ver afectado por los aranceles, sólo representan el 19,4% de la cesta de productos y servicios utilizada para calcular la inflación. Por lo tanto, la vivienda y los servicios pueden ayudar a mitigar la amenaza inflacionista de los aranceles, que en sí misma es menos preocupante tras el reciente enfriamiento de las tensiones con China".
Cuándo se moverá la Fed
En clave Fed se pronuncia Stephen Brown, analista de Capital Economics: "Los datos del IPC parecen favorables para el índice de precios del PCE (deflactor del consumo personal), el preferido por la Reserva Federal, ya que nuestra estimación preliminar antes de los datos del IPP (precios al productor) del jueves apunta a un aumento del 0,16% intermensual en el PCE subyacente en abril. Esa sería la segunda lectura consecutiva consistente con el objetivo, aunque es poco probable que el FOMC de la Fed se entusiasme demasiado todavía. Incluso con el presidente Trump reduciendo drásticamente los aranceles sobre las importaciones procedentes de China esta semana, seguimos estimando que la inflación del IPC subyacente aumentará hasta el 3,5% a finales de año", añade.
"Todavía hay mucho que decir a favor de que la Fed espere hasta que surja un panorama más claro. Seguimos asumiendo que la Fed no recortará los tipos de interés hasta septiembre, es decir, que se abstendrá en sus dos próximas reuniones", tercian desde Commerzbank.
"Si bien la disminución de las tensiones comerciales es útil para el crecimiento, también hace más probable que la inflación sea un problema menor para la Reserva Federal y que siga habiendo margen para recortes de los tipos de interés de la Fed. Esperábamos que el banco central aguardara hasta septiembre antes de recortar los tipos, y esto sigue siendo así, pero en lugar de empezar con un recorte de 50 puntos básicos, parece más probable que sea de 25 puntos básicos", rubrican desde ING.