
A menos de dos meses de su encuentro anual, que se celebrará a comienzos de mayo, el Cercle d'Economia ha publicador su tradicional (y esperada) nota de opinión previa a las jornadas. En esta ocasión, el lobi económico que preside Jaume Guardiola, cuyo mandato expira este año, se posiciona de forma extensa sobre la reforma de la financiación autonómica. El texto empieza recordando que "el sistema de financiación autonómica, que se aprobó en 2009, caducó en 2014". "Esta situación anómala no es inocua: va oxidando el funcionamiento del estado de las autonomías. (...) Tanto los gobernantes como los expertos son conscientes de que el modelo actual y caducado no funciona y de que esta disfunción tiene consecuencias políticas, económicas y sociales", advierte el documento.
No se trata de un asunto sobre el cual el Cercle no haya reflexionado con anterioridad. En 2018, ya dio a conocer su propia propuesta de revisión y, el año pasado, se sumó al frente común de las principales patronales y cámaras de comercio catalanas que solicitaban un cambio de modelo que respetase el principio de ordinalidad y otorgase más poder a las haciendas autonómicas.
Pero las negociaciones entre PSC y ERC para definir el contenido de la llamada "financiación singular" —que las voces críticas emparentan con el concierto vasco— dan más importancia al posicionamiento del influyente grupo de empresarios y académicos.
En la nota, la asociación sostiene que "el modelo actual ha llegado a una situación de desequilibrio entre los recursos de la Administración central y los de las CC. AA. (el llamado desequilibrio vertical)". A esto se suma que las transferencias se ejecutan de forma "poco transparente" y siguiendo "criterios de redistribución (...) discutibles". "Hay que corregirlo", urge el Cercle.

'Hacienda' catalana
La cuestión espinosa no es el qué, sino el cómo. En Cataluña, e incluso en otras regiones españolas, hay consenso sobre la necesaria actualización del modelo de financiación. El desacuerdo se halla en las recetas. En este punto, el lobi bendice la propuesta emanada del pacto de investidura entre socialistas y republicanos. Especialmente en lo referente a la musculación de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC).
"Si nos atenemos a los principios de eficiencia y de eficacia, seguramente sería preferible que una única agencia centralizara la gestión de todos los impuestos. Aun así, el tamaño de la economía catalana es suficientemente grande para que el desaprovechamiento de las economías de escala sea limitado", se argumenta en la nota.
En todo caso, las nuevas responsabilidades en gestión, recaudación, liquidación e inspección que asuma la Hacienda catalana deberán definirse con precisión para evitar malentendidos con la Hacienda estatal. También hará falta desplegar suficientes medios humanos, se recuerda. Recientemente, el Govern ha anunciado una ampliación de la plantilla de la agencia autonómica para preparar la asunción de la campaña de la renta en 2026.
"En ningún caso el Estado desaparecería de Cataluña, puesto que mantendría capacidad normativa sobre los tributos soportados en Cataluña. Aun así, sería deseable que Cataluña dispusiera de una capacidad normativa más amplía que permitiera impulsar al tejido productivo del país", razona la asociación.
Hacia un modelo "federal"
Al margen de las competencias sobre la recaudación, el Cercle también se moja sobre el modelo de distribución de recursos. Inspirándose en sistemas federales como los de EEUU y Canadá, sugiere que la Generalitat y el Estado compartan las bases fiscales, "de forma que pudieran ser gravadas simultáneamente por ambas administraciones". Además, considera que la baja fiscalidad de Madrid "exacerba" la desigualdad entre regiones.
Respecto a la solidaridad interterritorial, el Cercle invoca el principio de ordinalidad para limitar su alcance: "Lo que no puede pasar es que se acaben invirtiendo los papeles, y que después de aplicar el mecanismo de solidaridad, aquellas que inicialmente tenían más recursos por habitante tengan menos que las más desfavorecidas, que es lo que sucede con el modelo actual".
En resumen, la asociación que preside Guardiola considera "inaplazable" la reforma de la financiación autonómica para abrir una "nueva etapa" en España. En una referencia velada al procés, advierte sobre "la frustración de las expectativas generadas" que provocaría el fracaso de este empeño. Ello podría activar un "nuevo motor de desafección". "Con la reforma que se propone, impulsada desde Cataluña, no debe perder nadie", concluye.