Cripto

El huracán Trump ya no perturba al bitcoin: la cripto es cada vez más indiferente a la Casa Blanca

Foto: Canva.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se ha aliado con las criptomonedas desde la campaña electoral del año pasado. Sus promesas de convertir a su país en un criptoestado han estimulado las cotizaciones de muchas de las criptomonedas y han dejado una huella en la volatilidad de las principales referencias: bitcoin, ether y XRP. Con la victoria del republicano el pasado 4 de noviembre, los precios de las divisas digitales sufrieron un terremoto que modificó tanto su rentabilidad como su comportamiento volátil.

Lo que no pasa desapercibido es el efecto Trump en los precios. Desde los comicios en EEUU hasta este martes, se han registrado 500.000 millones de dólares en entradas netas en el mercado cripto, con lo que la capitalización ha aumentado un 20% desde esa fecha. Pese a que el momento actual no es alcista, el balance en estos casi cinco meses ha sido positivo. Está claro que el presidente americano genera impacto en las criptomonedas.

"Con su victoria en la Cámara de Representantes y en el Senado, empezamos a ver cómo los factores macroeconómicos y políticos se convierten en los más relevantes para el mundo de los activos digitales, porque traen mucha especulación en cuanto a la trayectoria de los precios de los activos en el medio plazo", explica Manuel Villegas, analista de activos digitales de Julius Baer. Anteriormente, otros aspectos como la relación entre la oferta y la demanda o las actualizaciones técnicas -novedades en la blockchain o el halving de bitcoin- podían incidir más en las cotizaciones. Pero ahora Trump acapara el protagonismo.

Pese a su importante incidencia en los precios, es menos evidente cómo el republicano influye en la volatilidad del mercado. Su victoria electoral también ha generado cambios en este aspecto. Por ejemplo, hay menor correlación entre la volatilidad de bitcoin y ether. También ocurre que esta métrica ha bajado en algunas criptomonedas y ha subido en otras, por lo que los resultados que genera el político son dispares.

De hermanos a desconocidos

La situación es flagrante entre los dos principales tokens, ethereum y bitcoin. Aunque históricamente la cripto de los NFT mantenía unos niveles de volatilidad más altos que bitcoin, en los últimos dos años habían tenido un comportamiento similar. De hecho, hubo momentos en que la inestabilidad de precios de bitcoin ha sido mayor que la de ethereum, como en marzo y en octubre de 2023.

Normalmente esta divergencia solía cerrarse en un mes, pero desde la victoria de Trump, la brecha entre ambas criptomonedas no deja de ampliarse. La razón detrás de esta diferencia se debe al peso que el bitcoin tiene en el mercado, representando el 70% de la capitalización de las criptodivisas. El aumento de los inversores de bitcoin, particularmente el de las grandes ballenas institucionales, ha reducido la volatilidad de la moneda. Un fenómeno del que la segunda del mercado no se beneficia.

Ether solía replicar el comportamiento del bitcoin, como la reina y referencia del mercado. Pero es esta última la que ha tomado distancia. La adopción institucional y la inclusión del bitcoin en las carteras tradicionales hace que esta cripto atraviese otras fronteras. "Los inversores institucionales le están dando al activo una cualidad de activo global macro, al incluirlo en sus carteras. Hace 12 años, la inflación no iba a afectar tanto en el precio del bitcoin. Ahora, como está en la cartera de estos inversores profesionales, ellos se rigen por otros factores", apunta Villegas.

El bitcoin se inmuniza

En 2024, hubo mucho movimiento entre marzo y abril en bitcoin, justo en las semanas precedentes a su halving, que repercute directamente en la oferta de las cripto, en los bitcoins que se ponen en circulación. Este evento supone que se reduce a la mitad la recompensa por bloque minado de la blockchain (se liberan 3,125 bitcoins por bloque tras el halving frente a los 6,25 previos). Desde entonces, la volatilidad volvió a caer hasta resucitar con Trump, con un pico durante la campaña electoral y otro tras las elecciones.

El presidente de EEUU sigue moviendo a la cripto de Satoshi Nakamoto con una varita, pero esta consigue reducir sus picos y que la volatilidad tienda a la baja. Es decir, cada vez es menos sensible a acontecimientos puntuales que la descoloquen enormemente, lo que incluye a Trump.

El dinero ha fluido al bitcoin y un mayor volumen de negociación ayuda a moderar la volatilidad. Su precio es un 23% superior desde las elecciones. El caso de ether es el contrario, ya que ha borrado un 16% desde entonces.

La particular montaña rusa de XRP

Pero el caso paradigmático de volatilidad y Trump se encuentra en XRP. Si durante el mes de octubre tuvo una volatilidad media del 2,7%, tras los comicios estadounidenses se incrementó la inestabilidad y en diciembre esta métrica llegó a superar el 10%. Justo en esas semanas, XRP se vio afectada por otra noticia que también removió los mercados: la posibilidad de que el regulador estadounidense (la SEC, por sus siglas en inglés) levantara las investigaciones que mantenía sobre la criptomoneda. Algo que acabó confirmándose justo ayer. El consejero delegado de Ripple, Brad Garlinghouse, anunció en X que la SEC había retirado el recurso que había interpuesto, lo que dejaba el caso zanjado.

Es cierto que, desde hace años, la estabilidad de esta criptomoneda ha dependido de factores regulatorios. En el verano de 2023, la volatilidad se disparó, ya que un juzgado estadounidense se pronunció sobre si XRP es un valor o no, considerando que sí lo es cuando se vende a inversores institucionales. Los siguientes hitos en el proceso judicial de Ripple, la empresa del token, condujeron a los picos de volatilidad de primavera de 2024. Entonces, se intentó una conciliación para resolver parte del caso y la compañía cripto hizo una petición para que se anularan algunos testimonios del procedimiento, lo que afectó especialmente a los precios por incidir en la marcha del proceso. Ya desde el verano pasado, es Trump quien recoge el testigo y provoca los bandazos de XRP, aunque el motivo sigue siendo el mismo.

Durante la campaña electoral y el día de las elecciones americanas, la cripto volvió sumirse en una montaña rusa. Al final, el mandatario ha prometido una regulación favorable para la industria y eso allana el camino de Ripple en los tribunales, como finalmente se ha comprobado. Además, el entonces presidente de la SEC, Gary Gensler, anunció en noviembre que iba a renunciar a su cargo en enero. Más buenas noticias para XRP, ya que el regulador era considerado anticripto.

La cuestión regulatoria y Trump se funden en esta criptomoneda, ya que al final es lo mismo. Por eso, el presidente de EEUU da continuidad a la volatilidad de este token e, incluso, hace que su inestabilidad sea aún más pronunciada. Ahora, con el frente regulatorio resuelto, puede haber un cambio de tendencia en la volatilidad de la cripto.

Solo el bitcoin consigue desmarcarse y reducir su volatilidad. Aunque la política en EEUU sea su talón de Aquiles, cada vez es más complicado generar bandazos en la criptomoneda. Los mayores precios, los volúmenes más elevados y la mayor adopción, también institucional, hacen que la Casa Blanca tenga menos poder sobre la cripto.

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