
Red Eléctrica de España (REE) tiene diseñado un protocolo de arranque en negro para recuperar el suministro eléctrico tras un apagón generalizado, como el que ha afectado hoy a toda España. Este procedimiento permite reconstruir el sistema eléctrico desde cero sin depender de apoyo externo, utilizando plantas de generación capaces de iniciar su actividad de forma autónoma.
La estrategia comienza con la identificación de las centrales que disponen de capacidad de arranque en negro. Se trata principalmente de instalaciones hidroeléctricas, que requieren una cantidad mínima de energía inicial para poner en funcionamiento compuertas y sistemas de excitación de los generadores.
Estas plantas son seleccionadas como puntos de partida para la recuperación por su rapidez de respuesta, y dado que los embalses están llenos tras las intensas lluvias de la primavera, serán cruciales para reestablecer el suministro cuanto antes.
Con las primeras fuentes de generación operativas, el siguiente paso es la formación de islas eléctricas. REE establece pequeñas zonas o islas independientes, como los ejes Aragón-Cataluña, Galicia-León o Duero-Francia, que pueden abastecer a sus áreas locales mientras la red general permanece desconectada. Cada isla debe estabilizar su frecuencia y tensión antes de avanzar en el proceso de reconexión.
La sincronización de estas islas es progresiva. Una vez estabilizadas, se coordinan para formar un sistema eléctrico unificado, asegurando que las condiciones de cada zona permitan una integración segura. La prioridad es evitar desequilibrios que puedan provocar nuevos incidentes en la red.
El protocolo también prevé la colaboración con otras entidades. Red Eléctrica mantiene acuerdos con las grandes empresas del sector, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y las Fuerzas de Seguridad para garantizar la reposición del servicio en situaciones críticas. La coordinación con estos organismos permite agilizar el acceso a las infraestructuras y reforzar la seguridad de las operaciones.
La restauración del suministro se realiza de manera gradual. El objetivo es evitar sobrecargas provocadas por la conexión simultánea de grandes consumos, como sistemas de climatización o procesos industriales. La gestión escalonada de la demanda busca estabilizar la red antes de alcanzar la plena normalidad.
REE se apoya en el Reglamento (UE) 2017/2196, que fija las bases para la gestión de situaciones de emergencia y reposición del servicio eléctrico en Europa. El operador ya puso a prueba su protocolo en un simulacro conjunto con Portugal y Francia en 2016.
Tras el apagón del 28 de abril, Red Eléctrica ha confirmado la puesta en marcha de estos planes de reposición, aunque no ha detallado por el momento las causas del fallo ni el calendario previsto para la completa normalización del servicio.