Tecnología

OpenAI nació como una empresa sin ánimo de lucro: en 2025 dejará de serlo y eso puede cambiar muchas cosas

OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT y de los avances más destacados en inteligencia artificial, ha anunciado que entra en la fase final de una transformación radical en su estructura organizativa. Hasta ahora estaba registrada como una organización sin ánimo de lucro, algo que dejará de serlo y que trae muchas preguntas sobre cómo puede afectar a sus intenciones sobre la evolución de la inteligencia artificial.

Cabe recordar que OpenAI nació cofundada entre otros por Sam Altman, su actual CEO, o Elon Musk, y lo hizo con un propósito que puede sonar hasta naíf: "Que la inteligencia artificial beneficiara a toda la humanidad". Eso casaba con su propósito sin ánimo de lucro, pero… ¿Cómo lograr que la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés) beneficie a toda la humanidad mientras asegura su sostenibilidad económica?

En el aspecto técnico y fiscal, su giro hacia un modelo híbrido le hará convertirse en una Corporación de Beneficio Público (PBC) en Delaware, con acciones ordinarias que integrarían tanto intereses de accionistas como objetivos sociales. Según la empresa, este paso permitirá recaudar el capital necesario para continuar su misión y, al mismo tiempo, establecer uno de los fondos sin ánimo de lucro más robustos de la historia.

El trasfondo de la transformación

Hasta ahora, OpenAI ha operado bajo un modelo que combina una organización sin ánimo de lucro que controla un brazo con fines de lucro, limitado por un techo de beneficios. Este modelo peculiar buscaba equilibrar la innovación tecnológica y los intereses financieros, pero parece haber llegado a un límite.

En un comunicado reciente, OpenAI admitía que: "A medida que nos acercamos a 2025, necesitamos ser más que un laboratorio o una startup. Debemos convertirnos en una empresa duradera". La compañía justifica el cambio argumentando que el mundo está en plena construcción de infraestructuras para el siglo XXI: centros de datos, modelos de IA y sistemas avanzados. Según OpenAI, este movimiento es esencial para mantenerse al día en esta transformación global.

Los retos del nuevo modelo y las críticas de Elon Musk

El plan de OpenAI no está exento de controversias. Elon Musk, cofundador de la compañía y crítico acérrimo de su actual dirección, ha solicitado una orden judicial para bloquear la transición, acusando a OpenAI de abandonar su misión inicial filantrópica. Musk también ha señalado que la empresa ha impedido a sus inversores financiar su propia iniciativa de inteligencia artificial, xAI.

Por otro lado, Meta, la empresa matriz de Facebook y competidora de OpenAI, también ha alzado la voz en contra de esta transformación. En una carta dirigida al fiscal general de California, Rob Bonta, Meta expresó que el cambio podría tener "implicaciones sísmicas para Silicon Valley". Según Meta, el modelo propuesto por OpenAI podría permitir a los inversores obtener beneficios fiscales destinados originalmente a actividades sin ánimo de lucro, lo que sería un precedente peligroso.

El futuro de la inteligencia artificial y el papel de OpenAI

El debate sobre el nuevo modelo organizativo de OpenAI también se extiende al ámbito interno de la empresa. Ex empleados han manifestado su preocupación por la posible priorización de productos comerciales sobre la seguridad en la investigación. Carroll Wainwright, antiguo investigador de la compañía, señaló que "OpenAI fue estructurada como una organización sin ánimo de lucro, pero actúa como una con ánimo de lucro". Otros, como Miles Brundage, advierten sobre los riesgos de permitir que el componente de beneficio público sirva solo como fachada para decisiones empresariales convencionales.

Además, el cambio de estructura no solo afecta a la misión de OpenAI, sino también a su competitividad en el sector. Microsoft, uno de sus principales inversores, ha firmado acuerdos con la compañía que estipulan una definición interna de AGI basada en su capacidad para generar al menos 100.000 millones de dólares en beneficios.

Un equilibrio frágil

Mientras OpenAI avanza hacia esta nueva etapa, el desafío radica en demostrar que su visión de equilibrio entre misión social y sostenibilidad económica no solo es viable, sino también éticamente sólida. El futuro de la inteligencia artificial no solo dependerá de los modelos y tecnologías desarrollados, sino de las estructuras que las empresas elijan para operar en un mundo cada vez más influido por estas herramientas.

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