
Las medidas de prevención de enfermedades son básicas para garantizar la salud de la población y engloban múltiples áreas, tales como la vacunación, los cribados poblacionales o la educación en buenos hábitos de vida, ya que muchas de las enfermedades graves y con altas tasas de mortalidad podrían evitarse con conductas más saludables, como una alimentación adecuada o la evitación de hábitos dañinos como el tabaquismo.
La Covid-19 ha servido a la sociedad para entender la propia fragilidad del ser humano y su vulnerabilidad ante las enfermedades. Así, la población ha tomado conciencia sobre la importancia de cuidar el medioambiente, la relación con los demás y, sobre todo, de llevar una vida lo más saludable posible. Por ello, se ha generado una cierta preocupación por la prevención de las enfermedades.
Se trata de un campo muy amplio que engloba diferentes áreas, incluyendo protocolos específicos de seguimiento y prevención de infecciones, especialmente a nivel hospitalario, el control de brotes, el análisis epidemiológico de los datos, las vacunas, los programas de prevención y los hábitos de los ciudadanos, entre otros.
"La medicina preventiva engloba muchísimos aspectos. Las medidas van a variar mucho dependiendo del tipo de persona y de patología que queramos prevenir. Sin embargo, hay algunos aspectos que engloban muchos de los problemas de salud que tenemos en la actualidad, como puede ser, por supuesto, el cáncer, pero también los problemas cardiovasculares. En este sentido, la educación sanitaria y los hábitos de vida saludables son fundamentales", explica el doctor Pedro Pérez Segura, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y experto de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS).
Y es que, según los datos del doctor, solo evitando la obesidad y el tabaco se reducirían alrededor de un 45% los cánceres. Y no solo sería beneficioso para prevenir esta enfermedad, sino que también favorece a la salud cardiovascular.
Para ello, este experto apunta a la educación y la promoción de buenos hábitos de vida como medidas imprescindibles, además de los programas preventivos de las campañas de diagnóstico precoz de cáncer.
"La prevención en hábitos de vida es primordial para conseguir, al menos, frenar este incremento de patologías. Se cree que, para el año 2040, en el mundo habrá casi el doble de casos de cáncer de los que hay ahora", afirma Pérez.
Medidas del Gobierno
La intervención de las administraciones a la hora de promocionar los hábitos saludables y de dotar de medios al sistema sanitario es crucial.
La reducción de este tipo de enfermedades no solo incrementa la supervivencia y calidad de vida de las personas, sino que, además, tiene un impacto social y económico muy importante para el sistema, debido a que los costes de los tratamientos oncológicos cada día son más altos. Así lo resalta Pérez: "El coste del tratamiento del cáncer es una de las partidas presupuestarias más grandes que existen hoy en día, estamos hablando de cientos de miles de euros por cada caso. Y, sin embargo, a veces no curan a los pacientes. Muchos tendrían un mejor pronóstico y curación con medidas de diagnóstico precoz. Cuanto antes encontramos los tumores, los tratamientos suelen ser menos caros y agresivos".
Precisamente por esta anticipación, son tan valiosas las campañas de prevención, durante las cuales se aumentan las cifras de tumores diagnosticados, pero también se descubren en fases más tempranas, por lo que resultan una inversión aconsejable de cara a la sociedad.
Al mismo tiempo es necesario por parte del sector público invertir en otras áreas, como la parte educativa, es decir, educar a la población en hábitos de vida saludables, lo cual "tiene un coste ridículo para el impacto que provoca", según el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Sin embargo, considera que no se le da la importancia necesaria porque se trata de una apuesta a largo plazo, debido a que los resultados de educar a niños o adolescentes no se verán hasta que estos tengan aproximadamente 40 o 50 años de edad "No podemos seguir en estas visiones cortoplacistas que, a veces, tiene la política sanitaria, de obtener resultados inmediatos", denuncia el experto de la AEMPS.
De la misma forma, el doctor pide que se incrementen las ayudas financieras, por ejemplo, en el ámbito de la alimentación. "No puede ser que cueste más barato comer comida basura que comer saludablemente", reivindica, "las medidas administrativas ya se han demostrado útiles en otros programas como la prevención del tabaquismo a través de los impuestos, que jugaron un papel muy importante en la reducción de este hábito. En este caso, estaríamos hablando de dar ayudas económicas para que el coste de los alimentos saludables no sea más caro que el de la comida basura".
Este experto, además, señala el problema de "la inequidad", es decir, las diferencias al acceso de tratamientos en función del país en el que se nazca o del estatus económico de cada persona. "Estamos en un momento crucial para el planteamiento de una estrategia de reducción del cáncer, incremento de la supervivencia y, sobre todo, de promover la accesibilidad justa y equitativa para todas las personas", afirma.
Finalmente, Pérez señala la investigación como una asignatura imprescindible a la hora de desarrollar el área de la medicina preventiva.
"Del total destinado a investigación del cáncer, no más de un 10% se dedica a la prevención, lo cual, es un porcentaje ridículo", advierte. Y es que, de las inversiones en sanidad, "entre un 90% y un 95%" llegan desde la industria farmacéutica, por lo que "los fármacos son su principal interés".
A nivel público no hay estrategias específicas para prevención, sino que entran dentro de las ayudas globales. En la parte asistencial, la inversión sanitaria que se hace es limitada, salvo por los programas obligatorios del Plan Nacional Contra el Cáncer. "No hay una inversión en otros tipos de programas o en otros tipos de intervenciones preventivas que consigan reducir la incidencia. Sin embargo, desde la Unión Europea sí se está fomentando", puntualiza Pérez.
Digitalización
Durante la pandemia de la Covid-19 las herramientas digitales fueron las protagonistas en todos los ámbitos, incluyendo la sanidad, que incorporó nuevas funcionalidades de atención en remoto que han demostrado su utilidad y que han mantenido tras el fin de la cuarentena. Así, la digitalización ha supuesto un antes y un después en la medicina preventiva.
"La pandemia de la Covid-19 puso de manifiesto la importancia de proteger la salud y, de manera especial, que el uso de las nuevas tecnologías podía ser más amplio y abarcar también el ámbito de la sanidad", explica el doctor César Morcillo, director del Hospital Digital de Sanitas y añade: "En nuestro caso, por ejemplo, incorporamos la videoconsulta ya en 2016 y, hasta la pandemia, solo el 9% de las consultas eran digitales. En 2020, le dimos accesos a todos los clientes y el uso se elevó hasta el 25%, lo que permitió descongestionar los centros sanitarios y evitar desplazamientos durante los picos más altos de casos. En el último año hemos alcanzado 771.002 videoconsultas",
Según el doctor, "los servicios que se ofrecen a través de las plataformas digitales ayudan, precisamente, a acercar la medicina a más público, haciéndola, a la vez, más humana y personalizada". Sin embargo, puntualiza que dentro de Sanitas consideran que para lograr una buena atención médica "es imprescindible conseguir la unión de la asistencia presencial y la digital".
Asimismo, la incorporación de la inteligencia artificial servirá para la identificación de un riesgo individualizado, teniendo en cuenta más factores de los que se tienen hoy en día. También será posible contar con sistemas de digitalización de imagen que permitan ver lesiones más pequeñas, así como lesiones premalignas.