
La contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud, y una de las principales causas de muerte prematura y enfermedad. Un nuevo estudio publicado este año en la revista científica The Lancet Planetary Health que analiza tres décadas de datos sobre la calidad del aire en todo el mundo apunta a que sólo el 0,001% de la población global respira aire que está dentro de estos umbrales de seguridad. El 99,999% restante está expuesto a niveles peligrosos de contaminación.
El análisis de estos datos arroja conclusiones que deberían alarmar a la sociedad. Para empezar porque, según desvela este estudio, ahora mismo sólo el 0,18% de la superficie del planeta está expuesta a umbrales óptimos de calidad del aire. El promedio global de partículas finas está en los 32,8 microgramos por metro cúbico, una cifra muy superior a las cinco micras que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las directrices del organismo de 2021 (la última actualización fue en 2005) recomiendan niveles de calidad del aire para los seis contaminantes más dañinos que afectan a la salud humana según la evidencia científica: el dióxido de nitrógeno (NO), las partículas (PM2,5 y PM10), el ozono (O), el dióxido de azufre (SO) y el monóxido de carbono (CO).
En este contexto, otro estudio publicado en la European Heart Journal, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), señala la primera evidencia de que exceder el límite de ozono de la OMS está asociado con aumentos sustanciales en los ingresos hospitalarios por ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular. Este estudio examinó la asociación entre la contaminación ambiental por ozono y los ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares de 2015 a 2017 en 70 ciudades de China, con una población aproximada de 258 millones de personas, lo que equivale a más del 18% de la población del país.
Durante el tiempo que duró este análisis "el ozono fue responsable de una proporción cada vez mayor de ingresos por enfermedades cardiovasculares a medida que avanzaba el tiempo", aseguró uno de los autores del estudio, el profesor Shaowei Wu, de la Universidad Xi'an Jiaotong, China.
De hecho, según la OMS, la contaminación atmosférica puede ser responsable del 25% de todas las muertes por cardiopatía isquémica y del 24% de los fallecimientos por accidentes cerebrovasculares. Ahora, gracias a los avances en la investigación sobre los impactos de la contaminación atmosférica en la salud humana, se sabe que los efectos adversos comienzan en concentraciones mucho más bajas de lo que se pensaba anteriormente.
España, suspende
En lo que se refiere a España, el 89% de las estaciones de medición superan el nuevo límite medio anual de NO2 establecido por la OMS. Para las PM10 y las PM2,5, el aumento en el incumplimiento es también considerable (del 55% y 58% al 86% y 99%, respectivamente).
En el caso de las PM2,5, 61 de las 62 estaciones que hay en España superan el límite recomendado. Respecto al ozono, un 98% incumple las nuevas directrices, según un estudio publicado el año pasado en la revista científica Environmental Research Letters, por científicos del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC-CNS). En total, un 66% de las muertes prematuras atribuidas a la exposición a las PM 2,5 en Europa podrían evitarse con el cumplimiento de estas directrices.
Asimismo, y según los últimos datos que ofrece el informe de State Global Air, de los nueve millones de fallecimientos que hubo en 2019; 6,67 millones de muertes prematuras estuvieron causadas por los efectos combinados de la contaminación del aire ambiente y la del aire doméstico. Si se desglosan estos datos; 4,2 millones de muertes prematuras corresponden a la contaminación del aire ambiente (exterior).