Patricia Ayuela, Consejera Delegada de Línea Directa Aseguradora
La educación y la formación son un pilar esencial para garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. A principios del siglo XX apenas 10 mujeres estaban matriculadas en las universidades españolas. Actualmente, seis de cada diez titulados cada año son mujeres. Esta espectacular transformación social se ha traducido en que hoy en día hombres y mujeres tengan, cada vez más, las mismas oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Uno de los avances más notables que estamos logrando como sociedad es la progresiva eliminación de los estereotipos de género en el currículo escolar, de forma que tanto niños como niñas puedan acceder a las mismas disciplinas académicas sin ningún prejuicio ni barrera. Esto es resultado de la modernización del sistema educativo español y de un cambio cultural que ha llevado a las mujeres a aumentar paulatinamente su presencia en campos que tradicionalmente parecían destinados a ser ocupados en su mayoría por hombres, pero en los que aún son minoría y debe seguir aumentando, como las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, así como a registrar carreras verdaderamente brillantes en estos ámbitos.
Gracias a ello actualmente vemos cómo mujeres y hombres pueden alcanzar sus metas y aspiraciones fruto exclusivamente de su esfuerzo y sus logros. En Línea Directa Aseguradora la presencia de las mujeres alcanza el 50% en puestos de responsabilidad, conformando una talentosa cantera de futuras directivas. Hoy, las mujeres suponen el 58% de la Alta Dirección y el 57% del Consejo de Administración de nuestra compañía, y a lo largo de nuestros 30 años de historia el número de hombres y mujeres que hemos tenido la responsabilidad de dirigir la compañía ha sido exactamente el mismo.
Nuestra receta ha sido potenciar la formación y el desarrollo profesional de las personas independientemente del género y basándonos únicamente en sus propios méritos, acompañándolas y apoyándolas en sus distintos momentos vitales para que nada pueda frenar sus carreras.
Es precisamente ese poder transformador de la educación y la formación, llevado al ámbito empresarial, el que debe inspirarnos a las compañías para seguir trabajando y avanzando en la construcción de un mundo empresarial más equitativo y justo.