Felipe VI es hoy la mejor imagen posible que puede tener España. Un jefe de Estado preparado, con un perfil sólido y al mismo tiempo discreto y cercano, que rompe con el que percibimos de la mayoría de las monarquías europeas.
Pendiente siempre de lo que la Corona puede ayudar en beneficio de los intereses de España. Las empresas y los empresarios españoles son testigos directos de lo que aporta, directa e indirectamente, su inmejorable imagen en el mercado exterior.
En estos 10 primeros años de reinado le han acompañado desafíos nada fáciles por todos conocidos y, sin embargo, ha sido capaz de impedir que mermara un ápice de capacidad y prestigio en su autoridad. Su papel en momentos complicados como el referéndum ilegal de Cataluña, la pandemia o la inestabilidad política que le ha tocado vivir en más de la mitad de estos 10 años, siempre ha sido de firmeza y leal sensatez. En este tiempo, ha afrontado las mismas rondas de consultas (10) que Don Juan Carlos en 40 años. Y nunca ha dejado de proyectar su capacidad para mantener el compromiso de la Monarquía con la España plural y la defensa de la Constitución.
Desde una prudencia basada en el conocimiento y por tanto en la reflexión, se ha caracterizado por ser un monarca siempre al servicio de España, asumiendo en ocasiones riesgos para su figura, que ha sabido eludir trasmitiendo la idea a los españoles de que para él España es lo primero. Su reinado es el de la búsqueda del consenso y la estabilidad. La austeridad, transparencia y modernización con que ha sabido adaptar la Casa Real a la realidad social española demuestra su compromiso por mantener viva la Monarquía como garante de la unidad, progreso y futuro de nuestro país.
Por ello, hay que agradecer y felicitar el trabajo de Su Majestad el Rey D. Felipe VI, y es la razón por la que editamos hoy este especial. En elEconomista.es sólo podemos agradecer su naturalidad en la relación con este medio, al que siempre ha acompañado en las grandes ocasiones, nuestros aniversarios o grandes encuentros empresariales.
Todos los que hacemos este periódico siempre nos hemos sentido orgullosos de su cercanía y personalidad, y reconocemos el bastión que representa para nuestra convivencia y los derechos fundamentales reconocidos en nuestra Constitución.
No es fácil encontrar un jefe de Estado al cual se le pueda calificar como a nuestro Rey: siempre pendiente, preparado, militar, deportista, humano, natural, embajador, prudente, decidido y a disposición de las necesidades de nuestras empresas y la defensa de España.
Gracias Majestad, Señor, Felicidades.