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La inversión más poética de Buffett: la puntada perfecta que salvó a Fruit of the Loom tras aprender de su mayor error

Buffett con sus calzoncillos mágicos de Fruit of the Loom.

Warren Buffett cometió uno de sus mayores errores de inversión más caros de su carrera comprando una fábrica textil moribunda. Años después, con la herida cerrada, volvió al sector para rescatar una marca emblemática estadounidense: Fruit of the Loom.

Cuando Warren Buffett compró Berkshire Hathaway en los años 60, cometió uno de los peores errores de inversión de su carrera, como ha reconocido en infinidad de ocasiones. Adquirió una vieja fábrica textil de Nueva Inglaterra en declive en una porfía con la directiva de la compañía. El Oráculo de Omaha ha explicado que no tenía ni idea del negocio y encima la crisis del sector era gigantesca. En 1985, el famoso inversor cerró la compañía, pero conservó el nombre para su holding industrial.

Cinco años después, con la herida cerrada y la lección aprendida, volvió al sector textil para rescatar a Fruit of the Loom. La inversión parecía casi poética y con las costuras perfectas para la filosofía de inversión del Oráculo de Omaha. Si Berkshire fue el hilo conductor de su legado, Fruit of the Loom fue la puntada precisa para recoger una compañía a la deriva pero con gran potencial.

Las camisetas y sudaderas de la compañía Fruit of the Loom habían traspasado las fronteras de EEUU. Era muy habitual encontrarlas en las calles de casi cualquier localidad europea, llevadas por gente joven. Era la típica prenda Made in USA, como lo puede ser hoy Levi's.

Fruit of the Loom tiene un lugar destacado en las juntas anuales de Berkshire Hathaway. Bloomberg

Fundada en 1851 en Rhode Island, Fruit of the Loom se convirtió en una de las marcas más reconocidas de ropa interior y básica en Estados Unidos. Su nombre, inspirado en una etiqueta de manzanas que uno de los fundadores vio en una escuela primaria, se volvió sinónimo de ropa accesible y duradera. Con su característico logotipo frutal y una fuerte presencia en supermercados y grandes cadenas, fue durante décadas básico en los cajones de ropa.

Pero el cambio de siglo no le sentó muy bien a la compañía. A pesar de su tradición y posicionamiento en el mercado, en 1999, Fruit of the Loom se declaró en bancarrota. Fue entonces cuando entró en escena Warren Buffett. A través de su conglomerado Berkshire Hathaway, el Oráculo de Omaha adquirió la compañía en 2001 por unos 835 millones de dólares en efectivo, tras su proceso de reestructuración.

Para Buffett, fue una jugada clásica: una marca fuerte, con reconocimiento masivo, atrapada en un mal momento financiero pero con un modelo de negocio fundamentalmente sólido. "Compramos Fruit of the Loom por dos razones principales: la fortaleza de la marca y la calidad de su gestión", explicó Buffett en el anuncio oficial de la adquisición. Estas características encajaban con la filosofía de inversión de Berkshire Hathaway, que busca empresas con ventajas competitivas sostenibles y equipos de gestión capaces.

"Las dificultades de Fruit of the Loom se debieron a una combinación de factores, incluyendo decisiones estratégicas erróneas y cambios en la industria", incidió Buffett. La compañía había caído en trampa de expandirse rápido a costa de elevar el endeudamiento. A la vez llegó muy tarde al proceso de deslocalización que estaba acometiendo toda la industria textil en EEUU. No consiguió gestionar sus inversiones productivas en México y otros países de América Latina. Los problemas operativos para reducir costos y mantener márgenes de beneficio se mezclaron con una gestión polémica de su consejero delegado, que había obtenido préstamos sospechosos de la propia empresa. Para finales de 1999, la compañía ya había entrado en pérdidas y la deuda no paraba de crecer.

Las redes enloquecen con diseños locos de Buffett en las camisetas de Fruit of the Loom. Fuente Instagram.

Dentro de la estructura de Berkshire Hathaway, Fruit of the Loom es hoy de las compañías emblemáticas del portafolio que ha construido Buffett en seis décadas. Sus productos se han expandido a una amplia gama de ropa interior y deportiva, que incluye marcas como Spalding y Russell Athletic.

Bajo el ala de Berkshire, Fruit of the Loom encontró la estabilidad necesaria para reconducir el negocio. Buffett no buscaba reinventar la marca, sino darle la tranquilidad operativa y capital que necesitaba. Desde entonces, ha seguido siendo una fuente modesta pero constante de ingresos dentro del holding. Según Growjo, una consultora especializada en medianas y pequeñas compañías privadas, los ingresos anuales de Fruit of the Loom se estiman en aproximadamente 1.200 millones de dólares. Berkshire solo da una cifra oficial. En 2024, contaba con 17.258 empleados.

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