
El precio del oro cosecha dos nuevos hitos en su historial de récords. La onza alcanzó puntualmente los 3.500 dólares por primera vez desde que el metal precioso cotiza en los mercados y dobla su precio respecto a los niveles previos a que estallara la crisis de la pandemia del coronavirus en marzo de 2020. El mercado pasó por muchos vaivenes en los últimos cinco años, pero el oro se mantuvo como gran refugio para los inversores desde entonces y cobra mayor protagonismo desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Se pueden contar muchas historias en los últimos cien años y el oro tiene su particular relato de qué ha pasado en los mercados financieros desde que existe la posibilidad de proteger una inversión en tiempos de incertidumbre. El inversor encontró habitualmente cobijo ante las turbulencias del mercado en el oro, el dólar estadounidense y los bonos estadounidenses. Hay más opciones de refugio, pero estos tienen mayor acogida desde que Estados Unidos se alzó como potencia mundial tras la Primera Guerra Mundial y desde que los bancos centrales abandonaron el patrón oro en favor de una divisa de respaldo (moneda de reserva) en donde el dólar estadounidense se encumbró como la referencia para el mercado.
Casi cien años después, Trump hace tambalear la confianza a algunos de los grandes activos refugio que están ligados a Estados Unidos (por estar referenciados al dólar estadounidense) de manera que el oro vuelve a quedarse entre las alternativas más fiables ante la actual guerra comercial iniciada por Donald Trump. "En momentos de aversión al riesgo, los operadores recurren a la deuda pública estadounidense. Sin embargo, dada la reciente liquidación de bonos del Tesoro [de EEUU] y la situación fiscal de Estados Unidos, el oro es ahora el único refugio seguro real que queda", escribieron desde el departamento de análisis de Jefferies.
La onza de oro supera hoy los 3.455 dólares que duplican con holgura los 1.680 dólares registrados antes de que la bolsa se desplomara por el riesgo de contagio de un virus que forzó a medio mundo a cerrar la economía ante el riesgo de un colapso a escala global. Es decir, en estos cinco años el oro, referenciado en dólares, avanza un 100% mientras que el S&P 500 (empresas estadounidenses) sube en este periodo un 52%: casi la mitad. Es cierto que hubo muchos eventos que afectaron al mercado en estos cinco años, pero la realidad es que un activo refugio dobla en rentabilidad a uno de mayor riesgo, como es la renta variable estadounidense, que promete mejores rendimientos.
La evolución del dólar tiene que ver en el reciente rally del metal precioso. La pérdida de confianza en Estados Unidos hunde al billete verde en favor de otras divisas como el euro. La reciente persecución de Donald Trump contra el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos socava la figura del responsable del precio el dólar y eso lanza al metal precioso a estos máximos históricos. "Con la creciente retórica de la administración exhortando a la Fed a recortar las tasas [...] y la posibilidad de reemplazar al presidente de la Fed, no esperamos un retorno masivo al mercado de deuda desde el exterior. El estatus de refugio de estos activos está cada vez más en tela de juicio", comenta el estratega de Bank of New York Mellon, Jhon Velis.
Desde el pasado dos de abril, cuando se agudizó la crisis arancelaria con la presentación de las tarifas por países de Estados Unidos a cada país, la curva de deuda estadounidense creció en todos los vencimientos, disparando la rentabilidad en los bonos con mayor duración. Así, fue en el largo plazo donde se vieron mayores recortes de precios en estos títulos de deuda. Wall Street aún no se ha recuperado desde esta fecha, tampoco el precio de los bonos estadounidenses. El oro, por contra, sube más de un 9% desde entonces.
Que los bonos estadounidenses puedan ser utilizados como herramienta política o como contramedida por los inversores extranjeros, a la guerra arancelaria da mayor fuerza al discurso de un oro como gran alternativa frente a los vaivenes del mercado. "El rápido ascenso del oro indica que los mercados tienen menos confianza que nunca en Estados Unidos. La narrativa del 'comercio Trump' se ha convertido en una narrativa de 'vender a Estados Unidos'", considera el analista de Kallanish Index Services, Lee Liang Le.
Desde el departamento de análisis de Bloomberg recogen que el oro registra niveles de sobrecompra en el corto plazo. Es decir, podrían producirse bruscas correcciones que lleven al metal a niveles inferiores a los vistos en la actualidad y que disparan su precio más de un 30% solo en lo que va de 2025. No obstante, a más largo plazo, el mercado espera que la onza alcance un precio superior al visto en la actualidad. Desde Goldman Sachs pronostican que para mediados del año que viene la onza de oro pueda alcanzar los 4.000 dólares.