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Los tipos vuelven a la 'normalidad': aparcar el capital rentará menos que el bono alemán

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Este jueves el BCE celebra su segunda reunión de tipos del año, en la que lo más interesante será ver el ajuste de las previsiones macroeconómicas que haga el organismo con respecto a la inflación y al crecimiento económico. Y esto es porque el mercado descuenta sin apenas lugar a la mínima duda que Lagarde anunciará un nuevo recorte de tipos de 25 puntos básicos que dejará la referencia en el 2,65% si hablamos de la facilidad marginal de crédito (al tipo al que presta a los bancos) y en el 2,50% el de la facilidad de depósito (al que remunera a la banca por aparcar su dinero en el sistema).

El hecho de que la evolución de la inflación haya entrado en un terreno más o menos controlado y de que el crecimiento económico en el Viejo Continente, sobre todo en las grandes potencias centrales, esté dando signos certeros de estancamiento ha llevado a los de Lagarde a pisar el pedal de la marcha atrás, recortando los tipos de forma que la restricción monetaria en la zona euro se vaya levantando progresivamente sin volver a echar gasolina en los precios por un lado, ni provocar una recesión que trastoque sus planes.

El movimiento de este jueves coincide con nuevo repunte de los spreads de la renta fija soberana en Europa después de que el nuevo Gobierno alemán, con Friedrich Merz a la cabeza, anunciase un pacto con el SPD que marca un punto de inflexión histórico en la política germana y que no es otro que poner fin a su dogma de mantener el déficit en el 0,35% del PIB. Esto, automáticamente, supone la posibilidad de elaborar un gran paquete de estímulos para relanzar una economía alemana apagada. Gracias a ello, Merz ha podido aprobar un vehículo especial de medio billón de euros en infraestructuras de cara a los próximos 10 años. No obstante, se abre la puerta a estímulos adicionales al no contar ya con el freno de la deuda ni el Estado ni las regiones.

Los inversores se han lanzado a vender bonos soberanos europeos, especialmente los alemanes, ante la interpretación de que esta medida podría ser el gran obstáculo para controlar definitivamente la inflación y, por tanto, impedir que el BCE siga su ritmo de bajadas de tipos que se esperaba hasta ahora a la vez que se pondrá más deuda en circulación. De hecho, ahora el mercado solo está descontando el recorte de este jueves y dos más antes de final de año, uno menos de lo previsto hace solo unos días. Así, tanto el Bund como el resto de referencias han incrementado las rentabilidades exigidas en más de 20 puntos básicos en solo una jornada.

Así, se volverá este jueves a una situación más normalizada en la relación entre el tipo de facilidad de depósito al que remunera el BCE a los bancos por dejar su capital aparcado, que se quedará en el 2,5%, y la rentabilidad que ofrece el bono alemán, superior ya al 2,75% en el mercado secundario. Es la máxima brecha a favor del Bund desde noviembre de 2023, precisamente cuando el BCE alcanzó el techo en su subida de tipos de interés, en el 4,5%, y comenzó la desescalada.

Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, explica que "la reducción progresiva del tipo de interés de la facilidad marginal de depósito tiene el objetivo de incentivar a las entidades financieras a conceder créditos con su exceso de liquidez, que es una de las dos principales palancas que tiene para influir en las condiciones monetarias". "Sin embargo, la elevada liquidez en los mercados en un entorno de tipos altos ha supuesto un doble problema: por un lado, va en contra de la política restrictiva y, por otro, implica que tenga que remunerar a un alto porcentaje ese exceso de liquidez que las entidades financieras están depositando en el BCE", sigue el experto.

"La bajada de tipos animará la demanda de crédito y la economía y, por tanto, los incentivos a dejar depositado el exceso de dinero que el BCE ha inyectado en los bancos en lugar de invertirlo ante un entorno incierto va a disminuir", continúa. "Cabe recordar que este exceso de liquidez ahora se encuentra en torno a los 3 billones de euros y que la normalización del sistema interbancario no se producirá hasta que el excedente no descienda a entre 1,3 billones y 2 billones de euros, algo que no se espera hasta, al menos, 2026", concluye Balado.

Cómo ha evolucionado en el pasado

El hecho de que la deuda a 10 años alemana rente más que dejar el dinero aparcado en el BCE puede ser anecdótico y no tener un efecto automático en las decisiones que tome el sector bancario con su capital pero supone una vuelta a un escenario más normalizado teniendo en cuenta cómo se han movido ambas referencias desde que existe el euro.

Durante la década de los 2000, y hasta 2008, la facilidad de depósito siempre estuvo muy por debajo en rentabilidad de la referencia del Bund, con la economía creciendo más allá del 2% y tasas de inflación elevadas. A raíz del inicio de la crisis de 2008, el BCE llevó el precio del dinero al 0%, un nivel que la deuda alemana alcanzó solo a partir de 2016, aunque no fue hasta 2019 cuando dejó de ofrecer prima frente al depósito, momento en el que el BCE tuvo que poner estímulos extra en el sistema para sostener la economía tras el impacto de la pandemia.

Ya a partir del final de 2021, con el repunte de la inflación y, en consecuencia, de los tipos para atajarla, la rentabilidad del bono alemán se desplomó hasta los niveles actuales, a la par que se elevaba la facilidad de depósito para extraer liquidez de una economía sobrecalentada en la salida de la crisis. Desde entonces se ha dado esta situación anómala que hemos tenido hasta ahora y que solo responde a una política monetaria muy restrictiva por una inflación descontrolada en un periodo corto de tiempo.

"Volver a un entorno en que los bancos recuperen los incentivos normales para prestar al sector privado, en lugar de dejar aparcada su liquidez en el banco central es sin duda una señal positiva que favorece al crecimiento económico y, además, es cogerente con un escenario en que la inflación está bajo control y ya no es necesario mantener tipos de interés en niveles tan elevados", explica Kevin Koh Maier, de Finizens. "Para los inversores más conservadores esto significa que la renta fija vuelve a considerarse como una alternativa de inversión atractiva frente a la liquidez bancario, cuyos rendimientos previsiblemente seguirán descendiendo", concluye.

Esta reacción en el mercado de bonos no ha sido exclusiva de la referencia alemana. El resto de las grandes plazas europeas también sufrieron importantes ventas de deuda en la jornada previa a la reunión del BCE. Sin ir más lejos, el papel francés a 10 años ha vuelto a niveles de la moción de censura a Macron mientras que el español se sitúa en niveles de julio, cerca del 3,4%. Por contra, las bolsas han festejado una nueva inyección de liquidez en su economía, con repuntes en torno al 2% en el EuroStoxx 50 y más del 3% en la bolsa alemana.

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