Joana Sanz es una mujer que, en el fragor de los últimos días, se ha convertido en el rostro visible de un torbellino mediático, un torrente de emociones que la han arrastrado de la desesperación a la esperanza, de la oscuridad a la luz. La noticia de la absolución de Dani Alves y el posterior anuncio de embarazo de la modelo la han elevado al Olimpo de los titulares.
Ella, además, ha vendido una entrevista exclusiva a Hola donde además de cobrar, dice haber recibido entre lágrimas junto al futbolista absuelto la noticia de la sentencia del Tribunal Superior de Cataluña. La absolución ha sido un respiro para la modelo, que, después de vivir la pesadilla de ver a su marido entre rejas durante catorce meses, ahora puede contemplar un futuro menos incierto. Pero la alegría de la absolución, celebrada junto al futbolista "con lágrimas en los ojos", no es el único giro en su vida. Joana, en una de las revelaciones más sinceras y conmovedoras, ha anunciado con emoción que finalmente está embarazada, tras un largo camino de sufrimiento y frustración.
Cinco años han pasado desde que Joana Sanz emprendió este viaje lleno de sacrificios y pérdidas. Un período que ha incluido dos fecundaciones in vitro fallidas, tres abortos espontáneos y una operación de trompas que parecía poner fin a sus esperanzas de ser madre. Pero, en medio de la tormenta, la vida le ha dado una nueva oportunidad, y la noticia de su embarazo, tan deseada, ha llegado como un bálsamo sobre sus heridas más profundas. "Lo que venía a contar es que una mujer de 27 años sana se encuentra con dos FIV, tres pérdidas y, de últimas, una operación de trompas, sumado a la aparición de endometriosis", decía en su emotiva confesión. Esa misma mujer, que hoy lleva la vida en su vientre, no ha dejado de luchar contra la adversidad.
La presión mediática ha sido un peso insoportable para Joana Sanz, quien no ha sido ajena al juicio público. La sombra de la acusación que pesaba sobre su marido por la presunta agresión sexual sufrida por una joven el 31 de diciembre de 2022 ha sido el contexto que ha rodeado su vida. En un entorno en el que todos los ojos se fijaban en su relación, Joana ha tenido que navegar entre el dolor y la incertidumbre. La tormenta mediática que acompañó a su esposo durante los meses más difíciles también afectó a Joana, quien vio cómo su carrera y su vida privada se exponían sin descanso. Pero, según cuenta, el trabajo le sirvió como una tabla de salvación, aunque la necesidad de detenerse para sanar era inevitable: "Mi carrera fue mi tabla de salvación entre tanto sufrimiento, pero también me sentí forzada a seguir sonriendo un año después de la tormenta", relató, dejando entrever lo que muchos no han querido ver: el desgaste emocional profundo que le ha supuesto sobrellevar tanto dolor.
El apoyo psicológico se convirtió en una herramienta esencial en su proceso de reconstrucción. Joana no ha ocultado el sufrimiento que le causó el ataque mediático y la sobrecarga emocional de todo lo vivido, por lo que la ayuda profesional se convirtió en un refugio. "Emocionalmente, me encontré muy inestable", reconoció, una frase que expone la vulnerabilidad de una mujer que, a pesar de todo, ha seguido adelante.
La convivencia con Dani Alves tras su salida de prisión ha sido un desafío, pero también una oportunidad para reiniciar. "Es un nuevo comienzo", asegura Joana, que ve en este punto de inflexión la posibilidad de recomponer no solo su relación, sino también su vida, al margen de las cámaras y del juicio público. La relación, que en su momento estuvo al borde de la ruptura, ha salido más fortalecida, según la modelo. La reconciliación no fue una decisión a la ligera, pero sí una elección basada en el deseo de sanar juntos. "En cuanto le vi, durante la primera visita, esa idea de querer romper desapareció y se transformó en querer luchar por sanar", cuenta con serenidad, dejando claro que las dificultades superadas se han convertido en la base de un nuevo vínculo.
Pero Joana no solo se ha enfrentado al escrutinio mediático, sino también a situaciones extremas y amenazas. "Una persona se encargó de perseguirme allá donde iba. Me sacaba fotos y vídeos para posteriormente amenazarme de muerte", relata, dejando entrever lo cruel y desmedido del ataque personal al que ha sido sometida. La falta de empatía y el morbo del público no han hecho sino agravar el sufrimiento, pero ella ha seguido adelante, demostrando una fortaleza admirable.
Las diferencias previas, que antes parecían insalvables, se han convertido en aprendizajes
Ahora, en este momento de alegría y de nuevos comienzos, Joana Sanz se plantea el futuro con optimismo, aunque también con prudencia. La posibilidad de mudarse a Canarias, su tierra natal, es una de las opciones que contempla junto a su marido para encontrar paz y serenidad. "Nos ayuda a sanar, es para nosotros una vía de escape", confiesa, aunque, por ahora, no está en sus planes mudarse definitivamente.
Lo vivido ha unido a Joana y Dani Alves más que nunca. Las diferencias previas, que antes parecían insalvables, se han convertido en aprendizajes y en nuevos cimientos sobre los que edificar una relación más sólida. "Mucho individualismo y falta de comunicación dentro de la relación. Ahora, todo eso se ha reconvertido en lo que somos hoy", afirma Joana, como si cada obstáculo les hubiera acercado más al entendimiento mutuo. Joana Sanz, después de tanta oscuridad, parece haber encontrado una luz al final del túnel. Y ahora, con el bebé que espera, mira hacia el futuro con ilusión, con la esperanza de que la vida, finalmente, le ha dado una segunda oportunidad.
